Esta mañana mientras venía en una larga cola a 20 kph subiendo el Alto de las Palomas en la Ruta 27, como casi todas las mañanas entre las 7:30 y 8:15 a.m., como ingeniero pensaba en los defectos que presenta la ruta y en los beneficioso que habría sido tener un carril de ascenso de tránsito lento en esta zona.

Sin embargo, la presa no termina al llegar a la cima porque también el ingreso de vehículos en la intersección de Guachipelín genera un tapón que obliga a reducir la velocidad, por lo que finalmente concluí que como dice una popular canción de corte tropical “no hay cama pa tanta gente” y repasando experiencias de otras ciudades que conozco  la situación es la misma, la presa, el tranque, el tapón, la cola o como la llamen en Miami, San Juan, Bogotá y Roma es igual o parecido, en las llamadas horas pico se debe transitar a baja velocidad y en cola porque no importa la inversión que hagan los gobiernos  en infraestructura, cada día hay más vehículos en las mismas calles y cada vez más vehículos son conducidos por una sola persona.

Tampoco sirve restringir el ingreso a la ciudad, a una parte de  los vehículos, ya que esto obliga a muchos a hacer viajes más largos para llegar a un mismo lugar o a irrespetar la imposición o, a los que pueden, a adquirir un vehículo adicional más económico. 

Ahora bien por qué tenemos horas pico? Porque todos inician y terminan labores a las mismas horas, porque todos trabajan  de 8 a.m. a 5 p.m. y por lo tanto deben circular al mismo tiempo por las pocas calles disponibles.

Por qué no pensamos que si en lugar de concentrar la hora de entrada entre las 7 y las 8 a.m. lo hacemos entre las 7 y las 11 a.m. y de igual manera la hora de salida la distribuimos entre las 4 y las 8 p.m. habremos distribuido la totalidad de los vehículos en el doble del tiempo o más y por lo tanto las mismas calles se verán utilizadas por menos vehículos a la vez y serán por consiguiente más fluidas.

Esto no tiene que imponerlo ninguna ley pero las escuelas públicas podrían entrar a las 7 a.m. y las privadas a las 8 a.m., las instituciones del estado podrían trabajar varios horarios, unas de 7 a 4 p.m., otras de 8 a 5 p.m. y otras  de 9 a 6 p.m., lo Bancos podrían tener al menos el 50% de sus sucursales trabajando de 10 a 7 p.m., el comercio podría abrir de 10 a 7 p.m. o de 11 a 8 p.m. según los productos que vendan, las empresas privadas podrían trabajar de 10 a 6 p.m..

Una redistribución de horarios con ingresos distribuidos entre las 7 y las 11 a.m. y salidas distribuidas entre las 4 y las 8 p.m. no solo alivia la saturación de las calles, sino que también le permitirá a muchas personas hacer sus diligencias en las horas de desfase por lo que no tendrían que pedir permiso o sacar medio día de vacaciones para muchas diligencias que hoy no se pueden hacer porque todos laboramos en el mismo horario.

De esta forma el transporte público también debe mejorar ya que se requerirán menos unidades que pueden estar en mejor estado y se van a usar con más pasajeros cómodamente sentados por más horas del día.

Los patronos tendrán por lo tanto menos ausentismo por diligencias que deban realizar su empleados y menos llegadas tardías por causa del tránsito, se podrán hacer compras, ir al Banco o al médico antes de entrar a trabajar o después de salir del trabajo.

La tasa de crecimiento del parque vehicular siempre será mayor que la tasa de crecimiento de nuevas y mejores carreteras, por lo que mientras no podamos pensar en sistemas más eficientes de transporte público, distribuir los vehículos entre más horas suena como una solución sencilla.

Señor empresario o Gerente institucional piense por qué no puede su empresa o institución trabajar de 9 a 6 p.m. en lugar de trabajar de 8 a 5 p.m. como lo hace hoy, puede que la solución al tranque sea más sencilla de lo que creemos. No espere que una ley lo obligue, escoja hoy el mejor horario alterno para su operación.