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Marco Urbina Sobre Justicia y Solidaridad
Miércoles 15 Febrero 2017 Marco Urbina
Cada niño al nacer nos trae el mensaje de que el hombre aún tiene esperanza, de que los valores humanos más trascendentes pueden prevalecer en la conciencia y la actitud del hombre.

Tendemos a mezclar las virtudes de la Solidaridad y la Justicia porque el que es justo normalmente es solidario y viceversa, la Justicia es el hábito de dar a cada uno lo que le corresponde en la medida correcta, sin negarle a nadie aquello a lo que tiene derecho y la Solidaridad es la decisión de estar al servicio del que nos necesita, siempre con la mente en el bienestar de la comunidad.

Cuenta una leyenda que cierta noche llegó una señora a la puerta de una pobre pero noble familia, a pedir comida para sus ocho hijos que no habían comido en días, el padre de la familia tomó algunas provisiones y fue a la casa de la señora cargando un saco de arroz y otras cosas, al llegar vio a los niños hambrientos, pero antes de poder empezar a repartir los víveres, la señora le pidió entregarle sólo la mitad y que la otra mitad se la entregara a su vecina que estaba en una situación parecida. Normalmente cuando estamos en necesidad nos enfocamos en nuestro sufrimiento y no tenemos tiempo para pensar en los demás, pero no hay mayor solidaridad que la de compartir lo que recibimos con otros que como nosotros también están en situación de necesidad.

La Justicia y la Solidaridad son virtudes del alma que requieren discernimiento, empatía, compromiso con la verdad y la equidad y en ambas existe el deseo de dar sin esperar recibir nada a cambio. Sociedades más justas son normalmente sociedades más solidarias y desarrolladas.

La Justicia debe ser una obligación de los pueblos para con su gente y la solidaridad es una actitud que nos inclina a responder en favor de los que nos necesitan en un momento determinado.
El sentido más básico de la solidaridad y de la justicia supone que se desarrollan sin distinción, límites o condicionamientos de sexo, raza, nacionalidad, religión ni afiliación política. La Solidaridad es aún mejor si es anónima porque su esencia es ayudar desinteresadamente movida por la convicción de la justicia y la igualdad.

Qué es justo y qué no?, realmente depende de los valores de cada sociedad y de las creencias de cada persona, pero puede entenderse como lo que debe hacerse de acuerdo a lo razonable, lo equitativo y lo normado por la leyes y el derecho de todos. Donde reina la Justicia no hace falta la fuerza.
 
Charles Dickens dijo “La Solidaridad comienza en mi casa y la Justicia en la puerta siguiente”.
Trabajemos todos por tener una sociedad más solidaria que haga una más justa distribución de la riqueza, para lograr disminuir la brecha entre los que más tienen y los que menos tienen, logrando así un país más sano y próspero, en donde todos pongamos por delante el interés común por encima del interés individual.

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