Muchas veces no hablamos porque consideramos que lo que vamos a decir es obvio, otras nos critican por decir lo que es obvio, pero recientemente leí en un artículo tres verdades sobre el tema:
1.Lo que es obvio para ti no necesariamente lo es para otros
2.Algunas veces necesitamos que alguien nos recuerde lo obvio
3.Ver lo obvio desde distintos puntos de vista puede ser un proceso creativo poderoso.
Es obvio todo aquello que se reconoce como claro o evidente, así por ejemplo se puede considerar que es obvio que luego de una larga semana de trabajo el fin de semana lo tomemos para descansar o para compartir tiempo de calidad con la familia o para hacer aquellas actividades personales que no nos permitió el trajín de la semana realizar, aquí vemos tres alternativas diferentes de lo que podría ser obvio y desde el punto de vista de cada uno de los miembros de la familia lo obvio puede ser diferente.
De igual manera como he mencionado en otros artículos el estrés de la vida moderna a veces nos hace olvidar lo que es obvio y necesitamos que alguien nos lo recuerde.
Lo más imponente de lo obvio es cuanto cambia dependiendo de las circunstancias, así por ejemplo era obvio que la carretera nueva no iba a quedar bien si no se actualizaron sus diseños en treinta años y no se le dio el seguimiento adecuado al proceso constructivo, pero entendemos estos temas como obvios hasta que los resultados negativos saltan a la vista y son evidentes los defectos que debimos haber evitado que sucedieran. Todos podemos ser entrenadores los lunes en la mañana cuando ya se jugaron los partidos y conocemos sus resultados, lo que los norteamericanos llaman “monday morning coach”.
Hoy que veo la aceptación astronómica de “Facebook” me parece que era obvio que la humanidad quería una forma sencilla y dinámica de relacionarse constantemente, lamentablemente no se me ocurrió a mi y a veces aunque se nos ocurra una gran idea nos parece tan obvia que no nos tomamos la molestia de desarrollarla, ni de compartirla. Cuanto más original es una idea, más obvia parece cuando se analizan sus resultados.
De igual manera así como lo obvio es más evidente después de ver los resultados, lo ideal sería que lo obvio nos permita evitar cometer errores cuyo costo y consecuencias lamentaremos después.
A lo obvio le hemos quitado el mérito que merece y es una herramienta que ha caído en desuso, pero la primera solución que debemos buscar a cada problema es aquella que es obvia porque generalmente será la más sencilla y la de menor costo.
La primera pregunta que debemos hacer ante un proyecto es cuál es la ruta obvia a seguir, en una lluvia de ideas para planear una estrategia las primeras propuestas deben ser aquellas que son obvias. Sin embargo, muchas veces tenemos temor de decir aquello que es obvio pensando en la crítica que recibiremos o en las reacción de los demás o no encontramos las palabras correctas porque nos parece que lo obvio es lo mismo que lo tonto, lo cierto es que nada está más lejos de la verdad que esta afirmación.
Lo obvio generalmente está ligado al sentido común que como he expuesto en mi libro “El éxito está en las raíces” es uno de los factores clave para alcanzar el éxito, sin embargo el sentido común es cada vez más el menos común de los sentidos y cada vez se promueve más trascender lo obvio como una gran virtud.
Así que recuerden que es obvio pero sabio que “es mejor escuchar antes de hablar”, “agradecer después de recibir”, “estudiar para triunfar”, “planear antes de actuar”, “respetar antes que insultar”, “prepararse para competir”, “decir la verdad antes que engañar”, “trabajar para conquistar” por lo que debemos empezar a valorar más lo obvio y no considerarlo jamás sinónimo de estupidez.
Obviamente todo esto usted ya lo sabía yo solo estoy cumpliendo con recordárselo.