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Marco Urbina Los empleados requieren más que salario
Miércoles 15 Febrero 2017 Marco Urbina
La crisis financiera global que hace poco empezamos a dejar atrás, no sólo afectó  la situación económica de las empresas, sino también al manejo de sus recursos humanos, que en medio de reestructuraciones y recortes de personal se muestran en la post-crisis temerosos y menos productivos a causa del estrés.

En este difícil panorama de incertidumbre  empresarial  la comunicación efectiva y la motivación ayudan a despejar dudas, chismes y suspicacias  mejorando el clima laboral.

Cómo motivar en tiempos de crisis?, ésa es la pregunta. 

En épocas de crisis las empresas se vuelven paranoicas. Como observan que sus ganancias bajan, echan personal. Pero después de los recortes de personal los resultados no mejoran porque los que se quedaron están muy desmoralizados y bajan su producción.

Luego de los despidos, hay que apoyar a los que se quedan. Según estudios, el 40% de la caída de la rentabilidad se debe a que el personal está desganado, por eso son comunes los estados de ánimo alterados, caras largas, ceños fruncidos e  inapetencia laboral.  El otro 60% se debe a la recesión y a las pocas ventas. Ante las reestructuraciones que se están realizando en las compañías, es necesario ocuparse de los que se quedan.

Lo que hoy conmueve a los empleados no es lo mismo que hace unos años. La remuneración, factor de motivación por excelencia hasta hace poco, comparte su trono con programas de “coaching”, capacitación, desarrollo de carrera, seguros médicos, esquemas de retiro y planes de comunicación interna. Es que, ante el estancamiento de los salarios hay que compensar por otro lado.

Sueldo, divino tesoro!!!

Las personas en las organizaciones se motivan por medio de distintos factores. Las compensaciones son uno más. En ellas se incluyen elementos objetivos y subjetivos. Una compensación inteligente debería incluir salario fijo y variable, beneficios remunerados y no remunerados, buen ambiente de trabajo y nombre y valores de la empresa.

En el último quinquenio  esta materia de las compensaciones y beneficios ha cambiado mucho. Antes los empleados reclamaban mejores sueldos. Hoy producto de la crisis los reclamos van más por no recortar salarios o mantener la fuente de trabajo. Algunas empresas incluso se han aprovechado de la situación para reducir injustificadamente las condiciones de sus empleados.

Es necesario cambiar las reglas del juego. Hay que desarrollar una administración de remuneración inteligente. Ya que hay poco para repartir, al menos que esté bien administrado. Por eso, hoy más que nunca, se debe componer un programa casi a la  medida de cada persona.

A veces reconocer que la empresa está atravesando una crisis es más motivante que decir que está todo bien y luego echar gente a la calle. Las empresas deben saber cuándo involucrar  a sus empleados en el conocimiento de la situación real de la empresa, cuando hacerles sentir parte de la empresa y no simple materia prima de producción.

Otro de los factores que levantan el nivel de satisfacción del personal es que las empresas se preocupen por la salud y bienestar de sus empleados y familias.

Entre la amplia variedad que ofrece el menú de motivación, hay que destacar al salario ligado a los resultados, la capacitación que la empresa puede ofrecer al empleado y la colaboración con el desarrollo de la carrera profesional.

Pero, en definitiva, los empleados tienen la última palabra. Por eso, en el momento de planear una estrategia que estimule el apetito laboral y devuelva el buen ánimo, nada mejor que preguntar. Sólo sentarse a escuchar las preocupaciones de los empleados constituye un factor de motivación.

Este es el momento para acercarse a ellos, que perciban fuertemente el involucramiento de los directivos o propietarios con apoyo, presencia y comunicación, que el empleado vea al capitán al mando del navío es inspirador y tranquilizante para  ellos.

A través de este acercamiento se debe buscar mejorar el clima de trabajo infundiendo calma y promoviendo concentración y esfuerzo en el cumplimiento de los deberes de cada uno.

Las crisis nos deben obligar a evaluar y revalorizar las funciones del personal clave de la compañía buscando mantenerlo a cualquier costo, ya que será indispensable para la recuperación posterior.

También el acercamiento debe permitir conocer los problemas y la incertidumbre que se presenta en el equipo y que no siempre está bien fundamentada, nada peor que tener crisis innecesarias en medio de una crisis global comprobada. 

Escuche a sus empleados y promueva una comunicación eficaz que demuestre la visión de futuro y que la empresa está dispuesta a compartir los planes de trabajo que lleven a transitar a salvo por la crisis. Que este momento le permita consolidar a su personal o lo que quede de él, como un equipo sólido y compacto. Demuestre conocimiento de la situación y aproveche para consolidar los valores fundamentales que han sido importantes para la empresa en su trayectoria.

Si usted logra implementar a diario estas recomendaciones habrá creado el ambiente propicio para la recuperación anímica de los sobrevivientes de esta crisis que como veteranos de una guerra requieren atención  y apoyo para volver a los niveles de productividad que los hicieron  baluartes de su empresa y usted tendrá suficiente información individual para crear el programa de remuneración adecuado a las necesidades individuales de cada empleado de su empresa.

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