Por mucho
tiempo el ser humano ha buscado escalar posiciones en las empresas en busca de
tener más poder, influir más en las decisiones de la organización y ganar más
dinero. Hay muchas razones por las que un profesional sube posiciones dentro de
una organización: Algunos logran avanzar por su capacidad técnica, otros por su
inteligencia emocional, o por sus logros en resultados, o por sus contactos
personales o por herencia o por antigüedad, o porque en el proceso de
sustitución les tocaba. Lo cierto es que aunque muchos van aumentando sus
conocimientos y se van capacitando poco a poco, la mayoría llega a la cima de
la pirámide sin una preparación integral en liderazgo.
Tal cual
están diseñadas las estructuras organizacionales el líder es la cúspide de la
pirámide y es una posición única, sin pares y con la responsabilidad total de
los resultados, del crecimiento del equipo, del posicionamiento de la empresa
en el mercado y de planear el futuro de la compañía.
Aunque
cuesta pensar en un líder solitario por las complejas agendas, llenas de
reuniones todos los días, el líder no es el compañero con el que otros pares
van a almorzar o miembro de los chats sociales organizados por grupos de la
empresa y ante su presencia los temas de conversación y la camaradería no son
los mismos que cuando él no está. Como dicen muchos “la verdadera fiesta
empieza cuando el líder se marcha”.
El nivel de
responsabilidad que tiene, el peso de sus decisiones, su influencia a veces en
la vida personal de sus subalternos, la confidencialidad de la información que
maneja y el hecho de tener la última palabra hacen que en la mayoría de los
casos los momentos más importantes de su gestión son en total soledad. La
preocupación constante de haber tomado la decisión correcta crea una presión
psicológica y emocional que no tiene ninguna otra posición en la empresa.
Algunos, los
menos, cuentan con la suerte de tener a un miembro de Junta Directiva con el
que pueden compartir sus inquietudes e ideas y es un consejero de confianza o
con algún amigo que está en una posición similar en otra industria con quien
pueden compartir situaciones en alta confidencialidad, pero la mayoría tiene
amigos que no tienen los conocimientos para aportar o no les interesa más que
compartir espacios sociales informales. Tampoco la familia es el grupo con el
que se pueden hacer una lluvia de ideas y resolver los problemas del negocio.
Aunque es una bendición tener una pareja que entiende los niveles de estrés y
los momentos en que más apoyo personal y paciencia de su parte requiere el
líder.
El líder
tiene aprender a ser un gestor de automotivación, a encontrar espacios en su
agenda para recargar energía, reflexionar, hacer ejercicio físico, crecer
espiritualmente y sobretodo mantener su salud mental. Cuando un líder
experimente más de dos semanas de insomnio, irritabilidad constante, abuso de
sustancias o desordenes alimenticios, es tiempo de buscar ayuda profesional. El
“burnout” es una amenaza real y frecuente en esta posición y todos hacen un
gran esfuerzo por hacer parecer que todo está normal y pueden con la pesada
carga que tienen encima. En épocas de crisis que se saben van a durar algunos
meses, más atención debe dedicar el líder a sí mismo, a su autogestión emocional
y a cómo esta impacta su desempeño, su comunicación y la calidad de sus
decisiones. La capacidad de liderazgo se mide en los momentos difíciles.
Siempre
recomiendo tener en su agenda semanal una reunión insustituible consigo mismo,
para pensar con libertad y dejar volar su creatividad. La función principal del
líder es PENSAR.
No importa
cómo llega un líder a la cima, una vez allí experimentará esta situación de
soledad y debe aprender a manejarla. Para enfrentarla juegan un papel
importante los “coaches corporativos” de alto nivel, con experiencia
profesional en posiciones similares, que pueden de manera imparcial servir de
confidentes y consejeros.
La posición
más deseada dentro de una empresa, no siempre es la posición más feliz, pero
alguien tiene que asumirla y cuanto mejor preparado esté con respecto a saber a
lo que se enfrentará más posibilidades tiene de asumir con éxito ese rol de
padre de familia que toda la organización espera de él.
La cima es solitaria.
Nota: En
este artículo el líder es un CEO, un Gerente General, un Director General o un
Propietario.