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Marco Urbina La Caballerosidad nunca pasa de moda
Miércoles 15 Febrero 2017 Marco Urbina
Una mujer siempre distinguirá a un hombre por su caballerosidad y siempre se sentirá halagada y especial por el hombre en el que, más allá de su porte y estilo, sobresale su caballerosidad.

Esta cualidad es sin duda, en la mayoría de los casos, una de las grandes enseñanzas de las madres a sus hijos varones, aunque, como en todo,si se tiene el ejemplo visible de un padre caballero con su madre, los hijos lo aprenderán más fácilmente y lo podrán en práctica con mayor naturalidad.

El caballero no nace, se hace, se es masculino por nacimiento, hombre por edad y caballero por elección. La elegancia y el estilo, dice Carolina Herrera, no tienen nada que ver con el dinero.

Actos que acompañan al hombre caballero están ligados íntimamente con la cortesía y la atención especial, sin ser empalagoso, ni adulador, nadie descubre mejor a un hombre falso que una mujer. Abrir la puerta para que ella pase, regalar flores, especialmente rosas, mover la silla para que se sienten antes que él, tender la mano para ayudarles a bajar las gradas o el brazo para que puedan caminar seguras por la acera, todo esto acompañado siempre de una sonrisa natural y fresca, son los pequeños grandes detalles que separan infinitamente al hombre corriente del caballero.

Habitualmente los verdaderos caballeros no hacen una promesa que no están dispuestos a cumplir, son puntuales por excelencia, se distinguen por su porte a cualquier edad y su vestimenta es siempre acorde con la ocasión, pero a la vista un punto superior generalmente por su sobria combinación. Tienen un poder especial que se siente y aunque saben que lo tienen nunca abusan de él. Los caballeros saben tratar a una dama como una princesa y hacerla sentir como tal, simplemente porque generalmente fueron educados por una reina.

El verdadero caballero hace un esfuerzo extra por saber cuáles son las cosas que agradan a su mujer, y las consigue, las usa, las practica o las aprende, sólo para que su mujer se sienta especial, querida y única, sin que esto implique gastos excesivos. Maneja un fino sentido del humor que hace reír hasta a aquella mujer que creyó que no sonreiría nunca más.

Un caballero nunca será arrogante, ni grosero, sino finamente educado, agradable, sincero, claro, firme y sobretodo respetuoso.

El caballero será siempre cuidadoso de su presentación personal, sin excesos, pero esto incluye, al menos, el corte de cabello y barba adecuados a su edad, la ropa según la ocasión, los zapatos brillantes y los accesorios básicos, así como el perfume que sabe que más gusta a su mujer. No lo verán fumando si su pareja no fuma, ni ebrio o drogado en ninguna ocasión.

Un caballero no le teme a las canas ni a las arrugas, explota la experiencia que hay en ellas. El hará que su pareja se sienta muy orgullosa de estar a su lado y como tiene claro que la mujer es la creación más sublime de la naturaleza, se esforzará por hacerla sentirse segura, protegida, especial, hermosa, única en su presencia.

Y como detrás de todo gran hombre siempre hay una gran mujer, generalmente la respuesta que el caballero recibe de su mujer en todos sus actos, será la máxima expresión de su ser, lo que les permite complementarse de manera especial y ser cada día mejores juntos.

Hombres no sean menos que un gran caballero para las damas, mujeres no acepten menos.

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