Además de ser un gran partido de campeonato, en el que se dio por primera vez un empate y el ganador se definió en tiempos extra y de ser la mayor remontada de la historia, al reponerse los Patriotas de un déficit de 28 – 3 hasta empatar en los últimos segundos del juego y ganar en el “overtime”y lejos de ser sólo un día de records de consumo de cerveza, pizzas, alitas de pollo y guacamole en los Estados Unidos, así como de haber sido visto por más de 111 millones de personas, el Super Bowl que consagró a Tom Brady como el mejor “Quaterback” de la historia, a Bill Belichick como el Coach más veces ganador de juegos de campeonato y a los Patriotas como el equipo con más títulos de campeonato de la NFL, el juego nos dejó importantes enseñanzas sobre trabajo en equipo, talento individual y formas de sobreponerse a la adversidad que vale la pena comentar.

Es cierto que había un claro favorito por su historial en esta clase de juegos, los Patriotas, con 7 juegos de campeonato en sus registros, contra los Halcones, que aunque eran la revelación ofensiva del torneo, llegaban apenas a su segunda final, habiendo perdido la única en que antes habían participado. Pero quedó claro desde el segundo cuarto, que ser el favorito no basta para ganar un partido de campeonato, que ese favoritismo debe demostrarse con actitud en la cancha, saliendo a ganar desde el principio. 

Los Patriotas del primer tiempo fueron un equipo irreconocible, muy lejos de su nivel habitual, producto tal vez, de la sorpresa que les causó la presión asfixiante a que los sometió su rival en los primeros minutos y que hizo a grandes jugadores y “coaches” cometer errores poco comunes en ellos y caer en imprecisiones no habituales, que los pusieron contra la pared al final del primer tiempo.

También fue claro en ese primer tiempo que sin importar cuanto se haya preparado una estrategia, el rival puede sorprender y que hasta los mejores equipos pueden tener un mal rato donde los resultados estén lejos de lo previsto y planeado.

Llegado el descanso, Belichick y Brady tienen que haber replanteado su estrategia, pero ante todo, recurrido al espíritu guerrero del campeón, al discurso de que había que demostrar que creían en su capacidad de darle vuelta a cualquier situación y de que no desmayarían hasta dejar en la cancha el último suspiro. Los equipos grandes deben ser versátiles y poder reaccionar sobre la marcha.

Justo cuando se creyó que los Patriotas habían tocado fondo, con 25 puntos de diferencia, algo nunca remontado en la historia, Brady empieza a lograr la fineza que le había faltado, el equipo empieza a tener algunas jugadas positivas y se empieza a levantar el gigante, al que los Halcones no supieron darle el golpe de gracia a tiempo, a un grande no se le debe

dejar moribundo, hay que acabarlo cuando se tenga la oportunidad. El primer touchdown le permite a los Patriotas recupera confianza, pensar que sí se puede empatar y que si hay un equipo capaz de hacerlo son ellos, la experiencia, la serenidad y la consistencia en su estilo de juego fueron clave para superar la adversidad.

Con el líder decidido a no darse por vencido, cada miembro del equipo cumpliendo al máximo sus funciones y aportando cada jugador su talento individual, el rival se desmoronó y entró en pánico, entregándose a su suerte.

El deporte de alto nivel en el baloncesto de la NBA, las grandes ligas del Baseball y el football americano de la NFL nos ha dejado en el último año tres grandes enseñanzas de como volver de la adversidad a bañarse en la gloria del triunfo. Cavaliers, Cubs y Patriots se levantaron de la derrota inminente, para convertirse en ejemplos de que sin rendirse y echando mano de todos los recursos a nuestro haber se pueden lograr grandes hazañas en el deporte y en la vida.