El mentor es
una persona especial que con mayor experiencia, conocimiento y sabiduría
se convierte en el ejemplo a seguir,
en el maestro no remunerado generalmente, de otra persona con menos experiencia y conocimiento pero con el interés
de ver, copiar
e implementar todo lo bueno que el otro muestra con su ejemplo y sus conversaciones. Hoy algunos coaches con amplia experiencia profesional ofrecemos el servicio de mentoría, pero en general esta figura es alguien que se cruza en nuestra vida sin la intención
de causar ese efecto. Pueden
ser además de los profesionales que antes mencioné: familiares de las generaciones anteriores como tíos o abuelos, padres de amigos, maestros o profesores, jefes o personajes públicos
locales o mundiales.
Treinta años atrás, en mi segundo trabajo como profesional tuve la suerte de conocer el mío, marcó muchos de los éxitos que he alcanzado en mi carrera. Sin saberlo se convirtió
en mi modelo a seguir en aspectos como liderazgo, visión
estratégica, su forma
de presentarse ante un grupo, obsesión por
el orden y el resultado y muchos detalles más que he podido ir descubriendo, poco a poco,
que yo implemento en mi vida profesional de manera similar, mejorada
o a mi
manera.
He escrito esta nota como una muestra de agradecimiento, porque sin proponérselo tuvo una gran influencia en mi estilo de liderazgo y con su ejemplo logré un aprendizaje superior a todos los años de Universidad que acumulaba hasta ese momento.
Su deseo constante de superación, de proponer cosas nuevas, de triunfar,
de ir delante de la competencia, de reconocer el mérito a quien lo tiene sin dejar de ser estricto y directo, sus largas charlas sobre el mercado, el mundo y el futuro, han sido lecciones permanentes en mi libro de jugadas para la vida
profesional.
Copié cada una de sus combinaciones de trajes y aprendí a vestir como un ejecutivo exitoso, a
viajar con la intención
de aprender, a rozarme
con cualquier tipo de gente con elegancia y propiedad. Las primeras millas profesionales las acumulé gracias a él y aunque el trabajo me ha llevado por todo el mundo, nunca olvido ese primer viaje de inducción y capacitación a
Puerto Rico y Miami.
De él aprendí que la oportunidad no basta con tomarla cuando aparece, sino que hay que irse preparando para cuando ella llegue.
Fue su iniciativa la que me envió a Panamá pocas semanas después de la invasión
norteamericana a explorar el mercado, para lo que luego se convertiría en la sucursal de la empresa en Panamá y que de igual manera ya tenía en su carpeta de “para cuando se necesite” la máquina de inyección epóxica para reparación de estructuras, cuya capacitación estaba yo recibiendo en los Estados
Unidos horas después del terremoto de Alajuela. Recuerdo que trajimos la primera cabaña sanitaria que vino al país y
el primer Bobcat.
También recuerdo que cuando las cosas no salieron bien siempre conté con su apoyo, como con el concierto de Juan Luis Guerra en Costa Rica y que después de que trabajamos varios días casi sin dormir, para que no nos sucediera
lo mismo en Nicaragua,
él nos premió con un fin de semana en el hotel Fiesta,
con nuestras esposas, para recargar baterías, aún cuando todavía no habíamos
demostrado, como posteriormente hicimos, que nuestro diseño era correcto y que la sobrecarga la trajo el cliente.
Fue toda esa sana ambición que él sembró en mi, la que me llevó a seguir creciendo académicamente y luego a tomar la decisión de buscar otros rumbos.
Hoy acumulo más de 25 años de experiencia exitosa como Gerente
General de varias empresas grandes e importantes, siempre perfeccionando y poniendo en práctica todas sus estrategias y su estilo.
En todos esos años nos hemos visto sólo un par de veces en el aeropuerto Juan Santamaría.
He aprendido a compartir sin egoísmo el conocimiento y las lecciones aprendidas que deja la experiencia con subalternos, familiares, amigos y clientes
corporativos. Tener un buen mentor le permitirá
no tropezar con las piedras con las que otros ya han tropezado antes y
por
lo tanto poder crecer y avanzar más rápido y mejor.
Seguí muy de cerca su carrera profesional y aprendí también que el concierto de la vida te
puede ofrecer cambiar de industrias con éxito. Me atreví a dar ese paso y hoy mi experiencia profesional incluye cuatro industrias diferentes siempre con muy buenos resultados porque además del libro de conocimientos aplico con rigor la
ética profesional.
Algunas veces durante las conferencias que imparto he mencionado la importancia de tener un buen mentor y siempre lo he usado como ejemplo de mi historia personal.
Muchas gracias don Tomás, siempre estaré agradecido con usted.
Marco Urbina