Con gran alegría recibiría la noticia de que el Ministerio de Educación finalmente va a modernizar el antiguo curso de Educación para el Hogar que terminó simplemente enseñando a pegar botones y dos o tres recetas de cocina, para convertirlo en un curso de educación para la vida. Ya es hora que alguien nos eduque para la vida.
Hace un año realicé en Internet una
encuesta sobre Valores del costarricense y una de las preguntas era cuáles son las cosas más importantes que no le enseñaron en la escuela? Algunas de las respuestas más comunes fueron: como tomar decisiones financieras y el manejo de un presupuesto familiar, primeros auxilios, como manejar tarjetas de crédito, como usar las herramientas básicas de carpintería, mecánica y electricidad, valores modernos, uso de la tecnología, como decir que NO, sexualidad, como convivir y competir en el ambiente laboral, como investigar, pensar, analizar y decidir, como ser buenos padres y qué valores transmitir a los hijos, como iniciar una empresa, como manejar moto o vehículo responsablemente, educación vial, “Word”, “Power Point” o “Excel”.
De igual manera creo que muchos de los cursos de la secundaria deben modernizarse con la orientación de que sean útiles en la vida, de que le sirve a un estudiante saber cómo resolver ecuaciones simultáneas si no le enseñan nunca un ejemplo práctico de para qué sirven, antes de que me enseñen la raíz cuadrada prefiero que me digan como calcular la tasa de interés que me va a cobrar el Banco por la hipoteca de la casa o por la prenda del carro.
Ya es hora de enseñar con ejemplos prácticos, de enseñar con material que sea atractivo para los alumnos, si vamos a ver literatura porque no incluir en el curso las letras de las canciones de Calle 13, hagamos los cursos interesantes para el alumno y no para el abuelo del alumno.
Otra gran tarea es la modernización de los conocimientos de los profesores y de las formas de transmitir el conocimiento, los cursos de actualización y las capacitaciones son fundamentales para que los alumnos no superen al maestro y no terminen siendo expertos en “copy” “paste” que es en mucho la forma actual de hacer los trabajos del colegio, o sea “googleando”. Ya es hora de que el maestro vuelva a ser respetado.
Aunque sigo creyendo firmemente que la obligación de educar para la vida está en el hogar, la verdad es que la mayoría de los padres nunca fuimos educados en técnicas de enseñanza a los hijos y lo que hemos hecho es transmitir los mismos errores y comportamientos con los que fuimos criados, así como los pocos conocimientos que empíricamente hemos adquirido a través de la experiencia del “prueba y error”.
Otras cosas que no nos enseñan en la escuela y que lamentablemente tampoco nos enseñan en las casas son: a ser feliz, a saborear una caricia, a darle la espalda a lo malo, a ser alguien importante, a hacer que la cena salga buena, a no tener miedo a los monstruos de debajo de la cama, a caerle bien a la gente, a entender al sexo opuesto, a besar, a controlarte cuando tienes un ataque de ansiedad, a tener esperanzas cuando no las hay, que decirle a alguien cuando se le muere un ser querido, que hacer cuando no tienes a nadie.
En la escuela no te enseñan a amar. En la escuela tampoco te enseñan a distinguir el vodka del agua, aunque curiosamente todo el mundo sabe, porque todas estas cosas indispensables en la vida las aprendemos en la Universidad de la calle, de boca amigos mal formados y mal informados.
Bienvenida sea la educación para la vida.